Tenía 20 años cuando me di cuenta que estar sumergida en la tristeza era una sensación lenta y dolorosa, algo que se puede definir si cierras los ojos y te lanzas al vacio sin saber en que vas a caer...
Ese día que decidí cojer el bus e irme para mi casa, pensé en darle otro rumbo a mis pensamientos dejé volar mis emociones y se las regale al viento para acariciarme con la suave brisa de no verte...Medité, te pensé... y te logré atrapar almenos un rato en mi imaginación porque aunque no lo creas, siempre has hecho parte de ellos...
Pasaron dos, tres horas, pasé por el bar, pasé por tu casa... cuatro horas de recorrido en el auto bus y no quise bajarme en mi casa... ni sé en dónde me bajé... pero todo me hablaba de tí...
Angela Trejos García. ©