sábado, 18 de febrero de 2012

No estás ausente, estás distante por un ratito...

Ayer miraba la Ciudad, sabia que todo marchaba bien, todo estaba en completa calma…carros pasando, la ciudad en silencio, luces pequeñas que se hacían cada vez menos cuando pasaban las horas… Creo que todo parecía estar tan perfecto ahora. Llovía cada que podía, la ciudad se congelaba, mi cuarto se congelaba cada que era necesario, cada segundo se ponía helado… y era mejor… Pero algo dentro de mi sabia que no estaba bien, era un inconformismo extraño, acomodé mi cuarto, me bañe…me vestí, pero antes de salir de él, dejé todo en su sitio, volví a acomodar todo lo que tenia a simple vista, desordene y volví a acomodar. …Las logré acomodar…Ahora creería que ya… Limpie, abrí las ventanas, el mismo silencio nocturno me abrumaba, mire los cerros, me senté, me puse de pie, me comí las uñas, desordené mi pelo, jugué con él, me reí sola, me puse de pie de nuevo, volví y me senté….Pero no era eso…Algo extraño seguía pasando, creería que los ladrones se habrían entrado, se habían robado mis pertenencias, habían abusado de mi ausencia… Seguí incómoda, me abrigué, me puse mis medias… No sé… No es el silencio, no son los carros, ni el ambiente, ni mi desorden, ni el frío, ni la Ciudad, ni los ladrones….Eras tú…. Eres la incomodidad de no tenerte en mis espacios que me consumen de angustia cuando todo lo veo bien, pero hace falta esa pieza diferente que no encaja en mi vida y que está lejos, y no estás ausente, estás distante por un ratitto, distante de todo lo que veo, ausente porque mi corazón te llama y no se acomoda a mi desorden, lejos porque el corazón que dibujo en el vidrio empañado por el frío, le hace falta el todo …Tú.